Los cinco pairones de Tortuera

Los pairones son monumentos arquitectónicos típicos del Señorío de Molina. Están formados generalmente por un pilar de piedra dedicado a la Virgen o a un santo y rematados con una cruz de hierro. Están situados a las afueras del pueblo, al lado de caminos o en el cruce. Se dice que fueron construidos y sufragados por los propios vecinos.

Pairon Animas

Pairón de las Ánimas

En la entrada del pueblo. 

Uno de los más distinguidos. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985 y remodelado en 1998.

Pairon Simon Judas

San Simón y Judás

Camino de La Yunta.

Es uno de los más elaborados. En la cuarta piedra del fuste se aprecian dos fechas: 1762 y 1803

Pairon Nicolas

San Nicolás

En la actual carretera.

Fue trasladado en 1980 a su ubicación actual. Aquí se celebraban los dos últimos días de las fiestas.

Pairon Pilar

Pairón Virgen del Pilar

Cruce entre la Ermita y la Picota.

No conserva su aspecto original porque en 1983 lo tiró un camión y se reconstruyó con ladrillo.

Guisema

Pairón de Guisema

En el camino a la finca.

Es el más primitivo de todos. La devoción de esta construcción es desconocida.

Los pairones son monumentos típicos del Señorío que fueron construidos y sufragados por los propios vecinos. Comenzaron a erigirse en la Edad Media, aunque algunos pueden tener orígenes más antiguos.

Estas estructuras, aunque modestas en tamaño, tienen un profundo significado histórico, cultural y religioso.

Están formados generalmente por: grada, los peldaños de piedra; basa, más estrecha que la grada; fuste, el pilar generalmente construido de piedra sin labrar de unos 3 metros de altura, cornisa; edículo, el espacio que contiene la hornacina, cimacio, la cúpula piramidal rematada por una bola en la que se incluye una cruz de hierro. 

Están situados en las intersecciones de caminos. En estos puntos, los pairones servían como guías espirituales y ofrecían protección a los viajeros que se desplazaban de un lugar a otro. Además, actuaban como referencias visuales que ayudaban a orientar a quienes transitaban por rutas rurales.

Su propósito principal era religioso: servían como hitos de fe, lugares de oración y protección para los viajeros y las comunidades cercanas.

Hoy en día, los pairones no solo son testigos de la fe histórica sino también atractivos turísticos que permiten a los visitantes conectar con la herencia cultural de Tortuera.

La picota

No se trata de un pairón, pero este poste se ubica en la parte alta del pueblo y avisaba a los visitantes de la categoría administrativa de la villa de Tortuera. 

Está situado en la antigua carretera que entraba desde Tartanedo y continuaba a Used.

Historia EdadMedia e1662033038350